viernes, 8 de junio de 2012

Como gestionar la tesorería de su empresa


Hay que tener en cuenta que no hay dos empresas iguales, que aunque pertenezcan al mismo sector y tengan una estructura, plantilla, facturación… parecida, siempre hay peculiaridades que marcan diferencias entre una y otra. A pesar de todo sí que existen una serie de consejos que pueden ayudar a mejorar la gestión de la tesorería de una empresa especialmente ahora que atravesamos por unos tiempos convulsos en el sector bancario y en los mercados financieros.

La primera recomendación es tratar de trabajar con más de una entidad. No siempre la misma entidad va a tener las mejores condiciones para, leasing, descuento de pagarés, cuentas a la vista, líneas de crédito, IPFs, seguros, ingresos de cheques, depósitos, créditos, comisiones por servicios, pagos periódicos, seguros de tipo de cambio… y en general todos los productos bancarios que en un momento dado pueda necesitar nuestra compañía. Se puede comparar y en función de las necesidades actuales acudir a una u otra entidad. Si siempre conviene diversificar, ahora más que nunca ya que muchos bancos y cajas de ahorro están atravesando por severas dificultades. Hasta el momento se ha optado por inyectar dinero público vía FROB o más recientemente por intervenir la entidad (Bankia). Ahora se está hablando de ayudas directas a la banca a través de la Unión Europea, pero no se puede descartar que en algún momento se deje quebrar a una entidad. En ese caso están asegurados los depósitos hasta 100.000 euros, pudiendo perderse el exceso o tardar tiempo en recuperarlo. Como consejo, convendría elegir una entidad que tuviese una parte importante de su negocio fuera de España para asegurarnos que por lo menos uno de los gestores de nuestra liquidez va a estar menos expuesto a las turbulencias.

Una vez seleccionado con quien trabajamos, de lo que se trata es de mantener el menor dinero y durante el menor tiempo posible en cuenta corriente, y destinarlo a invertirlo con la mayor rentabilidad que se pueda sin entrar en ningún momento en activos de riesgo, y guiándonos siempre por el principio de prudencia. Es fundamental tratar de adecuar pagos y cobros, aunque es complicado, especialmente si los clientes no siguen una norma fija de pago. Sí que es más sencillo establecer un calendario de pagos, porque algunos son fijos, como las nóminas, la seguridad social, impuestos, recibos… y se pueden hacer coincidir el pago con el vencimiento de imposiciones a plazo fijo o con la liquidación de la venta de un activo financiero.

En cuanto a los instrumentos a utilizar, en primer lugar está la cuenta corriente. Hay que conseguir una con las mejores condiciones, especialmente de rentabilidad. Para tratar de optimizar dinero a corto plazo, sobre todo si luego lo queremos hacer coincidir con un pago, tenemos las IPFs. Habitualmente se suelen hacer por meses (uno, dos…). Conviene sondear el mercado y ver quien nos ofrece mayor rendimiento. Para dinero que no se vaya a necesitar en un periodo de tiempo más largo (un año, año y medio, dos años) nos podemos plantear un depósito. Estos tienen la desventaja de la iliquidez, así que hay que asegurarse de que la rentabilidad que ofrecen es lo suficientemente elevada como para no alcanzarla de otra forma. Si tenemos miedo a que nos pueda afectar una posible caída de nuestro banco, se puede cambiar el depósito por un fondepósito. El fondepósito es un fondo de inversión que invierte únicamente en depósitos de entidades bancarias. Tiene como inconvenientes que la rentabilidad suele ser menor, porque como fondo de inversión cobra una comisión de gestión, y que no siempre está disponible, ya que tiene unos periodos de comercialización mientras que se buscan los depósitos, y una vez comenzado ya no se puede suscribir salvo con una penalización, y la iliquidez, ya que tiene una comisión por reembolso anticipado. Además, no todas las entidades financieras comercializan este producto. La gran ventaja que ofrece es la diversificación de depósitos, para asegurarte que una posible quiebra de una entidad no le afectaría a tu inversión más que de manera residual.

Los fondos de inversión son otro producto necesario a la hora de gestionar la liquidez. Su principal ventaja es la liquidez. Se tiene disponible el dinero en dos o tres días. Pero no todos los fondos de inversión son aptos para gestionar la tesorería. En primer lugar tenemos a los fondos monetarios (antiguos FIAMM). Son fondos que invierten en activos a corto plazo con una duración inferior a seis meses y que te aseguran un incremento del valor liquidativo día a día. Estos productos sirven para puntas de tesorería a corto plazo, ya que te aseguras no perder dinero, pero la rentabilidad es escasa. Por ello hay que tener muy en cuenta la comisión de gestión. Hay entidades que tienen varios productos de este tipo, y que solo se diferencian en la inversión mínima que exigen para entrar y en la comisión que se cobra. Si la inversión es inferior a por ejemplo 300.000 euros la comisión puede ser elevada. En este caso podría ser interesante buscar fondos monetarios de otras entidades que sí que ofrezcan una baja comisión de gestión. También son recomendables los fondos de renta fija a corto plazo, especialmente para un período de entre seis meses y un año y medio. En ellos es igualmente importante la comisión de gestión, pero también como haya sido históricamente el comportamiento de la gestión. Si vamos a poder disponer el dinero durante más tiempo, la recomendación es tratar de adecuar el plazo a la duración objetivo del fondo de renta fija (dos años, tres años, cuatro años). Aquí, lo fundamental a la hora de seleccionar un fondo es saber que tal lo ha hecho históricamente la gestión.
Para el cortísimo plazo puede ser interesante hacer repos de deuda pública. Se pueden hacer repos a un día, a dos días, a una semana, a dos semanas… La rentabilidad va en función del tipo de interés de mercado, pero habitualmente suele ser bajo. El único riesgo de estas operaciones es que la contraparte no te recompre el bono y haya que quedarse la deuda pública a vencimiento, pero implicaría la quiebra del banco. También se pueden utilizar activos de renta fija, pero aquí hay que ser muy cuidadoso porque nos enfrentamos con el riesgo de impago y con el de precio de mercado. Para un bono, conviene adecuar la inversión al vencimiento de la emisión y solamente recurrir a ello cuando se está muy seguro de que se va a devolver el dinero y siempre que la rentabilidad sea superior a la que se pueda obtener mediante otro activo. Por último, tenemos los pagarés de empresas. Son como los bonos pero a corto plazo. En este caso la liquidez suele ser menor, y tienen otro inconveniente, que en caso de quiebra de la entidad, los propietarios de los pagarés son los primeros perjudicados.

Como se ve hay muchos instrumentos y posibilidades a la hora de gestionar la tesorería de una empresa si no se tiene el tiempo o los conocimientos necesarios para llevarla a cabo no dude en consultar con un asesor independiente.

1 comentario:

  1. Nosotros confiamos la gestión de tesorería de nuestro negocio a la consultoría Grupo Euclides. Cuentan con muchos servicios informáticos de calidad muy recomendables como erp, microsoft dynamics nav, ax etc.

    Un saludo,
    Miriam

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